Namaste Feliz de estar aquí de nuevo con ustedes. Hoy les quiero platicar sobre la meditación cuando hay trauma. Hoy en día hay miles y miles de herramientas para los que quieren empezar a meditar. Audios, aplicaciones, etc. Pero en ocasiones las personas se me acercan para comentarme que se sienten más ansiosos después de meditar. ¿Por qué pasa esto? Cuando empezamos a meditar se nos enseña que, si surge alguna emoción fuerte, aprendamos a estar con ello, a traer la atención a lo que surja… Sin embargo, me di cuenta de que para la gente que tiene mucho miedo, como resultado de un trauma, puede amplificarse el miedo con esta práctica. Puede ser demasiado. Puede surgir tal pánico, que tengamos que parar de meditar. El mindfulness debe ser adaptado con sensibilidad a quienes han sufrido trauma. Si quieren profundizar sobre esto les recomiendo el libro de David Trelevens “Terapia sensible al trauma”. Hay momentos, en los que no es inteligente aventarse a meditar para experimentar el dolor o el miedo. A veces podemos enfrentar al trauma de frente, pero hay otras veces en las que necesitamos mover nuestra atención, encontrando maneras de relajar y suavizar al sistema nervioso, en otras palabras: nutrirnos a nosotros mismos. Esto aplica para todos, porque muchos hemos experimentado trauma, o rebase emocional, (aquellos momentos en la vida, en los que sentimos que ya no podemos más); cuando necesitamos encontrar una manera de regresar al balance. Ya sea que queremos sanar el trauma, o somos lastimados en las relaciones, y necesitamos sanar las relaciones, y -en especial- como nos relacionamos con la vida interior. La meditación es esencial para auténticamente sanar. He oído mil veces en retiros, experiencias de personas que llevaban años y años en terapia para sanar trauma, y que no encontraron un refugio interno hasta que empezaron a meditar. El lugar del trauma se transforma en el portal para la sanación del alma. En los lugares en donde hay roturas, es que brilla la luz. Las emociones dolorosas, el trauma… es algo que no queremos que nos pase. Esa intensidad se convierte en una oportunidad para el despertar espiritual, cuando aprendemos a poner atención. Tenemos que hacer un traje a la medida cuando se trata de mindfulness. Tenemos que ser flexibles. Hay momentos en los que si, y otros en los que no. Es necesario crear un espacio verdaderamente seguro; sentido de seguridad para hacer posible tener una presencia absoluta. Veamos distintas estrategias y recursos que puedas usar para nutrirte; para que puedas tener accesibles esos recursos. ¿Cuántos de ustedes conocen a alguien cercano que está lidiando con una situación traumática?, Síndrome Post Traumático, ansiedad, depresión; cada vez hay más personas viviendo estas crisis internamente. Algunos signos de una sociedad en trauma: el desconecte con la tierra, de nuestros cuerpos, violaciones a la naturaleza, crueldad y violencia hacia los demás, las adicciones, polarización, pérdida de comunicación. Es importante reconocer que las personas en grupos no dominantes, enfrentan constantemente situaciones en las que experimentan amenazas, situaciones que los convierten en más propensos para el trauma. (Ya sea por raza, religión, etnia, clase social, preferencia sexual, etc). Es difícil entender lo que experimentan estos grupos no dominantes, y podemos perder sensibilidad de lo cerca que están de situaciones traumáticas, o incómodas, las personas dentro de dichos grupos. Microagresiones, miradas… y diversas situaciones de sentirse en riesgo. Los financieramente seguros olvidan lo que es experimentar pobreza. Condiciones climáticas que estamos viendo y seguimos sin que ‘nos caiga el veinte’ de lo que le estamos haciendo al planeta. Hay tanto trauma en los grupos no dominantes, que solo darse cuenta de esto a nivel global, puede ser MUCHO para la mente. Abuso, accidentes, pérdidas, tragedias… Trauma y PTSD (Síndrome post traumático) El trauma surge cuando el sistema nervioso está rebasado y las estrategias comunes no funcionan. PTSD surge cuando hay una deficiencia para procesar e integrar ese trauma a la mente y cuerpo. Un asalto sexual en la infancia, repetidamente y no predecible - no hay sensación de seguridad, no hay confianza, no hay un adulto confiable que pudiera ayudar a digerir ese trauma. El trauma vive en el cuerpo. “Los issues están en los tissues” (los traumas viven en los tejidos). Cualquier señal de peligro, activa este trauma. Hay esta secreción de cortisol que daña las conexiones que permiten que partes del cerebro se comuniquen. Y el sistema límbico entra en control. Se afecta la función ejecutiva del cerebro. (Todo va a estar bien, ya nos pasó esto antes y vamos a estar ok). Percibimos un mensaje de peligro y se nos vuela la tapa. Me desconecto de la empatía, la compasión, perspectiva, no estamos funcionando con las partes del cerebro que nos dan recursos. Perdemos el acceso a la flexibilidad, a la creatividad. (entramos en modo supervivencia) Para poder nutrirme, necesito sentirme seguro… no puedo tener volada la tapa. Cuando no estamos en nuestro centro, sabemos lo que se siente. No tenemos acceso a nuestra inteligencia, nos equivocamos, reaccionamos… Esta es la experiencia del trauma… me alejo de mi versión completa. Es como estar poseído… No podemos tolerar lo que está surgiendo en nosotros. Me salgo de mi rango de “tolerancia”. Me paralizo. No puedo sentir. En la meditación: Siente lo que estás sintiendo, pero si estoy volado… estoy “o sintiendo de mas”, o “anestesiado”; por eso no puedo meditar. Observemos lo qué pasa cuando estoy atrapado en el trance - se siente VERGÜENZA. SE TRATA DE RECONECTAR CON NOSOTROS MISMOS. BAJAR EL RITMO. NECESITAS AMARTE LO SUFICIENTE A TI MISMO PARA PODER SANAR Y SER LIBRE. CONFÍA EN TU BONDAD, CONFÍA. Hacemos lo mejor que podemos, por lo que debemos perdonarnos para poder seguir adelante. NO quedarse atrapado en la vergüenza (de los enojos, de las malas relaciones, de las veces que perdemos “el cool”). Estas reacciones locas tienen origen en el trauma… no son nuestra culpa… cuando me doy cuenta, empieza mi camino a sanar. NO es nuestra culpa sufrir trauma, no es nuestra culpa no poder procesar eventos, no es nuestra culpa que el sistema nervioso reaccione con ansiedad, con depresión, o con mecanismos de defensa no tan sanos (como adicciones, como no poder relacionarme) ME DOY CUENTA DE ESTO, y aquí se empieza a disolver esa vergüenza. Cuando hay trauma, hay vergüenza que pide nuestra atención para sanar… Con cualquier sufrimiento emocional, maltrato, criticismo, traición, rechazo. Deep down sentirnos que es nuestra culpa. Pensamos que deberíamos ser distintos. Si puedes reconocer esta vergüenza y darte cuenta de que no es tu culpa, puedes traer sanación al lugar del trauma. MEDITEMOS
En qué área estamos viviendo con trauma generacional, o falta de cuidado, de cariño. Dónde tienes experiencia de trauma, donde has estado fuera de la ventana de tolerancia. ¿Cómo desarrollo estrategias para lidiar con esto? desasociándome del cuerpo, enojo, ira, comportamiento adictivo, evitar la intimidad, necesidad de atención, co-dependencias. ¿Dónde esta esto presente en tu vida y de que forma? El trauma, y después la reacción la trauma. Has sentido vergüenza de tus heridas, de las maneras en las que te proteges para no sentir demasiado pon tu mano en tu corazón y date cuenta de lo que está pasando dentro de ti, esos lugares de juicio personal o vergüenza y dejar que esos lugares de juicio, explora qué pasa cuanto te dices: “no es mi culpa”. Imagina alguien en quien confías o quien quieres mucho diciéndote “no es tu culpa”. Siéntelo con toda la intención de que entre, de que lo absorbas: "Vas a tener que amarte a ti mismo lo suficiente para sanar, para que cuando seas grande, tu vida sea poderosa, plena y libre. Un día sabrás quien eres. Confiaras en tu bondad y sabrás a donde perteneces, hasta ese momento, y para siempre, te amo". Recuperar al alma. Cuando alguien está traumado, el alma se aleja del cuerpo para poder lidiar con ese dolor. Recuperar el sentido del alma, del espíritu, de las dimensiones de lo sagrado que viven en nosotros y que habían sido cortadas por el trauma. Instagram: @alequinterooria Texto: Alejandra Quintero Imágenes: F.P. Derechos Reservados 2024
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