Si estás interesado en iniciar un camino espiritual, lo primero que tienes que saber es que no estás solo en este proceso. Somos cada vez más personas las que despertamos al deseo de búsqueda de profundidad, de conexión, de encontrar sentido a la vida. No estás solo. Los malos hábitos y las adicciones surgen siempre de un sentimiento de desconexión. Esta vida moderna nos ha dado muchas comodidades prácticas, pero nos ha alejado del sentido de las cosas. Puedo conseguir casi todo con un “click”, y eso me hace sentirme lejos de las actividades que tienen significado. Hay una verdadera epidemia de soledad. Pensemos por un instante en un agricultor que está cerca del proceso de crecimiento de un árbol frutal, desde que planta las semillas, hasta que por fin está madura la fruta y puede comerla, en comparación con la fruta que me llega con servicio a domicilio, de la que ni siquiera me doy un instante para agradecer. ¿En cuál de las dos situaciones se disfruta más la fruta? ¿Habría diferencia en la experiencia? Reflexiona. El estilo de vida que tenemos ha fomentado que nos sintamos cada vez más solos. Y como seres humanos, necesitamos estar acompañados para sentirnos bien. El mayor sufrimiento viene de la “no pertenencia”. Necesitamos ser parte de algo, alimentarnos de ese sentido de pertenecer a (nuestra familia, un grupo, una comunidad). Cuando siento un “hueco” (esa sensación de que no estoy completo, de que algo me falta), es muy común que busquemos sustitutos para aplacar esa incomodidad. Ahí empiezan los malos hábitos que me dan un “refugio temporal” pero que en el fondo sé que no me hacen bien. Entonces la incomodidad se agudiza porque después de este comportamiento siento culpa y vergüenza. Este comportamiento es completamente normal y humano. Viene de mi instinto de sobrevivencia. Prefiero comer a ser comido. Hay hábitos que me desconectan, que deterioran mi sistema, que me dan ansiedad. (sentarme horas y horas a ver una serie, para no sentir, para no hacer introspección; tomar alcohol para evadir; comer de más… creo que sabes a que me refiero). ¿Por qué nos enganchamos tanto con los malos hábitos? Porque buscamos la inmediatez. En un “click” queremos sentirnos mejor, pero no es real. Nos han entrenado a buscar la recompensa, así lo aprendimos. Los teléfonos inteligentes son la aguja de la era moderna. Nos suministran dopamina digital 24/7. Cada vez estamos mas cautivos a esto y lo peor es que lo que hay detrás es solo la búsqueda feroz de producir $$ del sistema. En contraste, hay otros hábitos que podemos implementar en nuestra rutina diaria, que nos nutren, nos conectan y que fomentan nuestro crecimiento espiritual.
Incorpora estas actividades a tus días, poco a poco irás notando una diferencia en tu bienestar personal. Síguenos en estas publicaciones para aprender herramientas que promuevan tu bienestar y evolución personal y trata de ser menos víctima del ”scrolling”. Instagram: @alequinterooria Texto: Alejandra Quintero Imágenes: F.P. Derechos Reservados 2024
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