Nacido en el estado de Nuevo León, Diego Huerta es actualmente uno de los fotógrafos mexicanos más reconocidos en el extranjero gracias a su excelente gráfica en la que captura a un México colorido, alegre, aguerrido y dinámico que es tan real como la delincuencia, la corrupción política y la insatisfacción que han llegado a opacar la belleza de una nación que sólo se descubre ante los amantes de la vida. Txt. Bloody Pie Editorial Fue en el año 2011 cuando inició un proyecto personal llamado “31 mil retratos por la paz”, en el que quería reunir 31 mil de retratos de hombres, mujeres, jóvenes y niños a lo largo y ancho de todo México por medio del cual reflejaría, no sólo la fisionomía de los involucrados, sino historias tan únicas como sus modelos, personas que detrás de la mirada contarían experiencias y aventuras de toda índole. Sin embargo, la idea principal dio un giro inesperado cuando viajó al estado de Oaxaca, pues a lo largo de las 8 regiones en las que está conformada la entidad, Huerta descubrió rincones de la cultura oaxaqueña que son tan misteriosos como los intrincados bordados de sus tehuanas, quedando facinado por la vestimenta de sus habitantes, sus fiestas, su cultura, la tradición, la gastronomía y la encantadora fiesta del cerro, la Guelaguetza. Y fue precisamente la experiencia de vivir la Guelaguetza, lo que lo motivó a realizar un archivo sin precedentes. “Era un sábado por la tarde cuando estaba la calenda y me tocó ver las ocho regiones desfilar por la calle Macedonio Alcalá, quedé encantado de ver tantas personas, tanto colorido; me enamoré inmediatamente y decidí volver”, señaló. Trasladándose desde Austin, Texas, Huerta realizó una documentación fotográfica de las maravillas de la gente, sus tradiciones, su ambiente, y sus usos y costumbres, titulando a su proyecto como “Oaxaca desde Adentro“. Con una carpeta de más de 80 fotos titulada “La Tehuana”, el regiomontano captura la belleza de las mujeres istmeñas quienes hacen gala del traje regional, muestra la vida cotidiana, busca escenarios y juega con los elementos de la cultura para exaltarlos en fotografías; por ejemplo, en el Istmo de Tehuantepec descubre la gala de los trajes bordados y la presencia del resplandor; en la Costa viste el paisaje marino, el atardecer con los pescadores y la mujer costeña; en la Cañada, el misticismo de sus mujeres; y en los Valles Centrales decora las calles del Centro Histórico con la belleza de las Chinas Oaxaqueñas y los movimientos de la Danza de la Pluma. Su trabajo fue reconocido en el año 2015 cuando concursó en la convocatoria realizada por la revista estadounidense Photo District News, ‘World in Focus 2016’, haciéndose acreedor al primer lugar con el cuadro “La Tehuana y el Torito” en la categoría fotógrafos viajeros. Además de la difusión de su trabajo en la publicación y las gratificaciones del patrocinador, Diego Huerta confesó que “es una satisfacción personal el que te reconozcan y que reconozcan a este México que es el que yo veo y del que me enamoro todo lo días”. El artista visual ha declarado que antes de conocer el estado oaxaqueño tenía una visión de pobreza, conflicto y problemas sociales, pero “después de empezar a conocerlo a fondo, te das cuenta que Oaxaca es muchísimo más que eso y está muy lejos de que lo creemos saber, por eso me gusta, a través de la fotografía y de la narrativa, poner un granito de arena para dar a conocer el verdadero Oaxaca”. El estilo que este fotógrafo aplica a cada uno de sus trabajos consiste en mostrar a la gente en sus contextos, con sus trajes típicos o en lugares emblemáticos que no sólo encierran la arquitectura, sino la historia y el significado de cada lugar que visita. La forma de retratar recuerda a los fotógrafos de antaño, en el sentido de poner en su lente no sólo a la persona, también al captar momentos de intimidad, formas de vida y generar una atmósfera de calidez entre el artista y su modelo. Entre sus trabajos más destacados está “La niña más bonita de México", donde Huerta mostró la belleza de una pequeña sordomuda de la etnia Zoque de la Sierra Chiapaneca. Otros trabajos de Huerta son: Chiapas de Corzo fotografiando a los Parachicos, La forma de vida de la comunidad Menonita de Chihuahua, La tradición de muertos en Michoacán, Jalisco, San Luis Potosí, entre otros lugares. “Creo que mis fotografías son bonitas, pero no desde el punto de vista técnico. Me refiero a que hay tanta temática en México, tantos mundos que se viven diariamente. Son de personas reales que vistieron sus indumentarias para posar ante mí, son sus creencias, sus tradiciones, su orgullo y es el México que muchas veces olvidamos que existe y que es tan actual como lo problemas”. Si te gustaron sus fotografías no dudes en seguirlo en facebook.com/diegohuertaphotographer; Twitter: @diegohuerta; e Instragram como diegohuertaphoto, donde continuamente publica imágenes de los proyectos comerciales y personales en los que se encuentra trabajando, además de conocer la historia detrás de sus imágenes en su página de internet http://www.diegohuerta.com/ Y si te llegaste a enamorar de una de sus fotografías, también puedes pedirle que te la imprima en alta calidad con lo que lo apoyarás a financiar su siguiente proyecto fotográfico. Txt. Bloody Pie Editorial, con información de Vanguardia.com y El Imparcial de Oaxaca
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