La puerta es uno de los más significantes y significativos objetos de uso diario. Su uso siempre nos será necesario, indispensable y continuo. La tenemos a la entrada del cielo, donde su guardián es el mismísimo San Pedro, a quien Dios confirió la construcción de su iglesia, misma que por su solidez será de piedra como su nombre lo indica: Petrus. Y así desde ese momento, empieza la solidificación de la iglesia misma, Pedro porta en sus manos las llaves de esa construcción que apenas se está gestando. Curiosamente, la contraparte, es la puerta del Infierno, la cuál siempre será representada, como lo es, en todas las pinturas de arte Virreinal, por flamígeras fauces abiertas de un gran demonio. Siguiendo a los clásicos Homero nos relata que, en el acecho de Troya, Agamenón rey de Micenas, quien la sitiaba logró vencer la entrada con el caballo de engaño. La puerta de Troya guardará la integridad del recinto y de sus habitantes, protegiéndolos contra el acecho y sitio por parte de los enemigos; aunque ante la posible victoria de los que acechan a la dicha ciudad, culmina su victoria entrando por la mismísima puerta. Con respecto a los acechos a las ciudades amuralladas, me llega a la mente el recuerdo de la que yo considero la primera guerra psicológica y que es la del gran Giovanni delle Bandere Nere, integrante en cuarta generación de la afamada estirpe de la familia Medici, señores de Florencia, siendo Giovanni él mas prestigiado o el más temido Condottiero . Cuando sitiaba una ciudad, sobre su puerta dejaba una nota que les informaba que por cada periodo de tiempo que la ciudad resistiera, el mataría a uno de cada diez habitantes que apareciera por dicha puerta, con la advertencia de que, al terminarse el plazo dado, serían dos de cada diez habitantes, y así sucesivamente, para ejercer una verdadera presión psicológica sobre los observantes sitiados. No sólo les haría escasear los alimentos frescos, pasando durante todo el día y la noche, un bello corcel negro con un jinete vestido de negro, color del uniforme con el cual se distinguían todas sus tropas, enarbolando como presagio una gran bandera negra, para difundir con temor el mensaje de la ejecución de uno de cada diez. Posteriormente serían dos caballos, tres, o cuatro, para que el miedo a esa muerte les convenciera a rendir la plaza, entrega de la ciudad, así la fama del bravo Medici, al frente de sus negras huestes, lo llevo a ser solicitado a paga hasta por el mismo Papa quien le comisiono la salvaguarda del Castillo de San Ángelo en Roma. No hay civilización ni religión que de una u otra forma, no toque este tema: Las puertas de Babilonia, las puertas de Ur en Mesopotamia, las ciudades santas de Mecca y Jerusalén. Mencionemos también la predicción en Macbeth de que no sería nunca derrotado, hasta que el lejano Bosque llegará a las puertas de su mismísima ciudad, y así fue. Me han llamado la atención el uso de la puerta para simular engaño, sería este el caso de las puertas con dos postigos o puertas pequeñas centradas sobre los grandes portones de las ciudades o casas fortalezas en todo el mundo medieval, y en todas las regiones del mundo, donde en India, y en todo el vasto Imperio Moghul, se estilizaba el diseño geométrico de los grandes portones, donde uno de los postigos es funcional y el otro, geométricamente decorativo para mantener un balance óptico, un simple adorno un detalle de belleza. Tenemos en nuestro almacén varias grandes puertas, una la entrada de una ciudad, donde invitamos a nuestros lectores a venir a apreciar esta simetría. También debemos mencionar las puertas falsas que se encuentran en las tumbas egipcias, que tenían el propósito, de acuerdo a nuestras suposiciones, de engañar a los presuntos saqueadores que pretendían profanar ese recinto de paz y descanso eterno. En la que una de ellas sería la verdadera puerta, la verdadera cámara mortuoria: el que cayera en el engaño, perfectamente disfrazado con los sellos rituales característicos y toda la faramalla necesaria, trabajaría en balde ya que estaban recargadas o sobrepuestas sobre la roca directa, o presentaban diversas trampas que la vida misma les costaría. No es de dudarse que también cumplieran con alguna función ritual y religiosa dentro del maravilloso mundo religioso egipcio, que sin temor a estar equivocado, es la fuente de la cual abrevaron muchas de otras religiones posteriores, en su forma y fondo. La puerta sigue siendo en la literatura tema principal, imaginario e inspirador, pues ella toca el deseo de que con ella nos sean abiertas las puertas del amor y de la felicidad; y con pena ya en un diverso termino se señala, el estar en el umbral de la puerta de la bancarrota, de la miseria e inclusive, a la puerta de la misma muerte. Es esa muerte, la que nos describe P.D. Ouspensky como otra puerta siempre a nuestro lado, estando aquí mismo, en cualquier momento y situación, y que al ser abierta caeremos en otra dimensión, que no es otra mas que la muerte. A mi, personalmente siempre me han despertado curiosidad las puertas, y en estos años de comprar comercialmente antigüedades para su venta, no he podido dejar pasar y adquirir puertas que tengan un toque de distinción, caso específico fue el comprar la puerta de entrada de una ciudad con 9 mts de altura, de recia madera de Teca que presenta a cierta altura cinturones de fierro de donde se afianzan picos salientes cuya función es evitar que los elefantes que pretendan entrar a la ciudad, lastimando a los elefantes que quisieran derribarla, nuestra puerta tiene un grueso marco tallado de tema floral de finales del siglo XV; otra recubierta en hoja de plata con aplicaciones de esmalte azul en bellos diseños florales del siglo XIX; precedente de una casa señorial en la ciudad de Johdpur, siguiendo el romanticismo de los artesanos de India. Puerta de teca tallada proveniente del estado de Gujerat, con diseños Mogules de aves y flores. Con la inscripción "Babu Devdass Inspector of Telegraph" SXVIII- XIX Medidas: 340 x 163 cm Orgullosamente la extraordinaria fantasía de nuestros artesanos mexicanos también se manifiesta en las maravillosas puertas que nuestras ciudades coloniales. Destacan las puertas de los Palacios de la familia Jaral de Berrio, hoy las dos centrales del Banco Nacional de México, en una de las calles de Isabel la Católica y Venustiano Carranza, y la otra el Palacio de Iturbide sobre la peatonal de Madero, que fue construida por el célebre arquitecto Guerrero y Torres para el príncipe italiano Moncada, pero pagada por su esposa Jaral de Berrio; y San Mateo Valparaíso cuyas puertas bellamente tallas fueron traídas de nuestras lejanas Islas Filipinas, Capitanía General de la Nueva España. La puerta también entra constantemente en nuestro folklore y quien no ha oído esa estupenda redobla donde la puerta es la que divide nuestro amor ¨ La puerta negra no tiene la culpa ¨ del no poderte ver y continuar nuestro amor ya que se interpone accidentalmente en nuestra relación. Cerremos aquí la puerta de este ensayo. Tenemos gran variedad de puertas para enmarcar tus espacios. Agenda tu cita para que visites nuestro almacén. Instagram: @rodrigoriverolake y @galeriarrl Website: rodrigoriverolake.com Texto: Rodrigo Rivero Lake Imágenes: F.P. Derechos Reservados 2025
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