 Al descubrimiento de las rutas transpacíficas que llevaron primeramente a los intrépidos navegantes portugueses, trasgrediendo las columnas Herculeanas del Non Plus Ultra que delimitaban el Mediterráneo, fueron rodeando África, cuyas continuas expediciones los llevaron hasta las lejanas tierras de la India, China y hasta las distantes islas del Japón. Para 1528 desde la costa de Zihuatanejo, el gran conquistador D. Hernán Cortés mandó una flota a buscar las llamadas islas de las especierías y, con el descubrimiento y conquista de las Islas Filipinas, se instituye por primera vez en la historia un Virreinato que a su vez conquiste y gobierne otras tierras para ser incluidas en su férula de colonización y gobierno. Así, el Virreinato de la Nueva España, Mexicano, llegará hasta aquellos confines del Océano Pacífico, estableciendo en su paso una serie enorme de posesiones, mismas que quedaron al amparo y guía del Virreinato mexicano. Por otro lado, los intrépidos portugueses fueron descubriendo en su derrotero diferentes continentes y culturas, llevándolos en fantásticas hazañas en frágiles embarcaciones con fantásticas y épicas hazañas durante los siglos XV y XVI hasta el lejano Japón. Hombres de estupenda destreza en el comercio y la navegación, recolectaban y dejaban en cada una de sus "aguadas" o paradas durante todo su trayecto, mercaderías que por su rareza o necesidad eran solicitadas de un punto a otro y adquirían por ello mayor valor en los diversos puertos en que paraban en el camino. De las costas de África, los barcos portugueses iban recolectando una gran cantidad de especias, esclavos, cobre y el ya muy apreciado por siglos atrás, el marfil, el cual era muy apreciado en los mercados de China e India, para satisfacer las excentricidades de la enorme producción que los mercados tanto locales como de exportación requerían. El elefante es un animal que tiene una diversidad enorme, este género de mamíferos se podría comparar con la mismísima raza humana, la cual tiene un sinnúmero de razas, que nos hacen muy diversos entre nosotros, por ello, y de acuerdo a la región del África o del Asia, el elefante cambiará de tamaño, color, peso y por ello la densidad de sus colmillos presentara estos cambios que le darán calidad y tamaño
Ya Beatriz Sánchez Navarro de Pintado, en su erudito y ya clásico libro Marfiles Cristianos del Oriente en México de 1986, nos menciona un tipo de elefante oriundo de Birmania conocido como Dyan Zu cuyos colmillos presentan anillos desde la raíz, como si fueran un bambú. Tampoco hay que olvidar que en esos tiempos todavía sobrevivían elefantes muy longevos y grupos de especies ya extintas cuyos colmillos conservamos hasta el día de hoy y que son de más de tres metros de longitud y de extraña densidad. Desde la llegada de los navegantes Portugueses en el siglo XV, su presencia fue confrontándose y mezclándose creando un aire híbrido en diversas culturas como Ibo, Yamba, Costa de Marfil, Sierra Leona y varios más, pero donde dejaron su mejor estilo e influencia fue en la zona denominada Benin, en la costa que hoy es Nigeria, donde no sólo enseñaron las artes de la fundición del bronce, sino crearon una de las formas más bellas, raras y hoy más apreciadas del arte africano y cuyo estilo, se conoce hasta hoy como de Bennin. De este género recordamos las bellísimas máscaras talladas en Marfil que se encuentran en el Metropolitan Museum de Nueva York, las cuales nos dan prueba fehaciente de este maravilloso y exuberante arte denominado afro-portugués.
En las costas de China encontraron al más importante, hasta el día de hoy, comprador de marfil. Los chinos, de acuerdo al mercado que les solicitaba mercancías con este material, producían al estilo requerido. Así podremos apreciar y entender gráficamente, las enormes diferencias de producción y estilo que realizaban de un mismo tema. Entendamos que si yo, novohispano, llevo una estampa de la Virgen de Guadalupe, imagen plana y al ordenarla en forma de bulto a un comerciante sangley chino cristiano, é interpretara su parte posterior, la cuál no existe en lo plano de la estampa, haciéndola como la Kuan Yin o diosa china de la misericordia. Así los marfiles de imágenes de diversos Santos y Vírgenes católicas que nos llegaron a Acapulco por miles desde China vía las Filipinas, de donde estos marfiles toman su nombre como marfiles filipinos, tendrán de acuerdo al tiempo de producción, factoría talladora y la línea de comercio diversos estilos.  Cristo en la Cruz. Siglo XVII. Novohispano/Chino-Filipino. Talla directa en marfil. 66 x 66 cm (Marfil). 126 x 107 x 23 cm (Cruz) Para determinar la procedencia se estudia el tipo, densidad y color, los hay de diversas regiones de África, y los que son originarios del Subcontinente Indio y del sureste de Asia , los cuales presentan diversos tonalidades. El tamaño de este Cristo, el marfil es totalmente africano y de color blancuzco; la corona, integrada a la cabeza, y los grandes párpados permiten asegurar que este Cristo fue hecho por artesanos chinos. Su anatomía denota una enorme preocupación oriental, sobre todo por un estómago delgado, de costillas prominentes: aquí podemos recordar que para los orientales el estómago y el vientre son de vital importancia pues ahí se encuentra el alma del ser humano.
Lo más seguro es que esta obra la hayan realizado en el interior de China para exportarse a Filipinas. Su tamaño es espectacular, aunque he tenido en mis manos tres piezas que miden más de 90 centímetros. Es importante recalcar que los comerciantes portugueses llevaban los colmillos de África a China, de China a Manila y de Manila a Acapulco por navegantes y comerciantes novohispanos mexicanos. De Acapulco a Veracruz en mula y de Veracruz a las costas españolas, de allí a los Mercados Europeos, por lo que estas maravillosas piezas no sólo demuestran una parte importante del gran Virreinato Mexicano Novo-Hispano sino que nos recuerdan que son uno de los primeros productos de comercio global en la historia del mundo. Pido a ustedes asistir a la maravillosa Sacristía de nuestra bellísima Catedral Metropolitana en esta nuestra ciudad, magistralmente pintada por el célebre pintor virreinal del XVII Cristobal de Villalpando, donde está expuesto un Cristo de marfil de esta calidad y envergadura. Instagram: @rodrigoriverolake y @galeriarrl Website: rodrigoriverolake.com Texto: Rodrigo Rivero Lake Imágenes: F.P. Derechos Reservados 2024
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