En noviembre del 2006 se publicó en la Gaceta Oficial del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, el decreto que puso en vigor las Sociedades de Convivencia. Esto fue el antecedente del Matrimonio Igualitario, aprobado en diciembre de 2009. Este mes de junio es el momento ideal para hablar un poco de como la moda ha servido como espacio de protesta y visibilidad para la comunidad LGBTQ+. El año pasado, mientras impartía clase, presenciaba junto con mis estudiantes una plática que nos impartía María Ponce, diseñadora mexicana perteneciente a la comunidad trans. Sus palabras, además de inspiradoras, me recordaron como en la moda constantemente se hace activismo, y no solo desde la pasarela; todos los días, en el acto de vestirse, gran cantidad de personas hacemos visibles, a veces sin darnos cuenta, muchos discursos políticos. “Una es activista con el simple hecho de existir”, nos decía. ¡Cuánta verdad en esas palabras!, ¡qué compromiso tan grande con la existencia propia! Mi último Fashion Week en México fue en octubre de 2007, mi colección de Primavera del siguiente año se tituló “Glamour Lúdico”, para ello decidí hacer un homenaje a la Ley de Sociedades de Convivencia y diseñé un traje gris perla que cerraría la pasarela, con un velo y un ramo en la mano el modelo sería “El Novio” del desfile. No era la primera vez que hacía algo así, en mi primer Fashion Week, por ahí del 2001 (cuando la organización todavía se llamaba Días de Moda), mi colección cerró con una pareja de novias que quitó el aliento a la sala entera, quienes ahogaron una expresión de asombro para después romper en aplausos. Siete años después, pasó un poco lo mismo, el ramo y el velo sujetos de la mano del chico que cerró el desfile se convirtieron en un símbolo de liberación. Quizá ese mismo día sellé mi destino, nunca más he vuelto a ser llamado a presentarme en un Fashion Week en México… pero mi revolución encontró en otras pasarelas el terreno fértil donde florecer. Las palabras de María Ponce me han hecho recordar, mientras escribo estas líneas, que un mes de junio de 1996 comencé mi carrera en la moda en una pasarela organizada para la Semana Cultural Gay, en el Museo del Chopo. Ahí compartí espacio con grandes creadores mexicanos como Miguel Bucio o Gamaliel Islas, y comencé también una relación con el movimiento LGBTQ+ en México. Sin darme cuenta, al pasar del tiempo seguí tratando de decir algo en favor de este movimiento desde mi trabajo como diseñador. Por supuesto no soy, ni por asomo, el primer diseñador ni último que ha utilizado las pasarelas con estos fines. Julio Chávez, diseñador mexicano conocido como “El Modista de las Estrellas” realizó entre los años 80 y 90 una colección de vestidos con la bandera del orgullo gay, además de haber declarado públicamente su orientación sexual en un programa de televisión. Jean Paul Gaultier ha sido famoso por utilizar la pasarela para mostrar disidencias de género y diversidad de cuerpos, desde sus faldas y vestidos para hombre, hasta sus corsés masculinos. Solo por mencionar dos ejemplos. La moda, por ser una herramienta para dar forma a la identidad, es un terreno fértil para las disidencias de género. Palomo Spain, en 2016, causó revuelo en el Fashion Week de Moscú al presentar su colección “Orlando”. Ante la negativa de los modelos de utilizar sus diseños, por considerarlos “demasiado gays”, buscó, a través de sus redes, chicos que quisieran modelar. La convocatoria desembocó en una revolución desde la pasarela donde jóvenes gays de Rusia protestaron en contra de las políticas anti LGBT que existen en ese lugar. “No considero que la moda sea política, pero si mis diseños sirven para dar un mensaje no me opongo”, dice en su autobiografía llamada “Palomo”. En México, hoy en día, diseñadoras como María Ponce, Iván Ávalos o la firma Fuck You Frank, nadan contra corriente proponiendo una moda desde la decolonización, lo camp o lo queer. Son activistas cotidianos de la moda que hacen visible a las comunidades históricamente oprimidas. Ofrecen, en cada uno de sus diseños, un altavoz para las protestas personales. A pesar de la censura y el carácter comercial de la moda, los diseñadores nos hemos comprometido con el movimiento de la comunidad LGBTQ+ y nos hemos unido a las luchas que este enarbola. Hoy diseño junto con mi esposo una colección llamada “Formal Disidente”. Nuestro objetivo es romper con las barreras del género y reivindicar las feminidades masculinas (como lo podría Jack Halberstam). De manera natural nos hemos convertido en los propios embajadores de nuestra colección, gracias a los tiempos de cambio nos hemos enfrentado a más halagos que críticas, pero sabemos que nuestra propuesta no será vista en algunos espacios más conservadores. Quizá lo que importa más sea que estos diseños cobren vida, en el cuerpo de nuestra clientela, en los eventos que ellos consideran importantes: sus bodas, graduaciones, celebraciones y hasta su día a día, porque como dijo María Ponce, somos activistas con el simple hecho de existir. Colección 'Formal Disidente' por Guillermo León Instagram: @GuillermoLeónLB Podcast: El Reino de la Historia de la Moda Website: guillermoleon.com.mx Texto: Guillermo León Imágenes: F.P. Derechos Reservados 2024
0 Comments
Leave a Reply. |